Purificación de personas

Imagina tu yo espiritual como un sofisticado ordenador, que ejecuta el intrincado software de tu mente, cuerpo y alma. Como cualquier sistema avanzado, es propenso a atraer "virus" no deseados, es decir, energías, entidades o influencias negativas que pueden alterar tu armonía interior y tu bienestar general.

Estos "virus" espirituales pueden ser sutiles, y a menudo se incrustan sin que nos demos cuenta, ralentizando gradualmente nuestro sistema, causando fallos emocionales, fatiga mental y una sensación general de malestar. Puede que no los veas, pero sientes sus efectos: una pesadez, un malestar persistente, una agitación inexplicable que perturba el buen funcionamiento de tu vida.

El proceso de purificación es como ejecutar un potente y sofisticado programa antivirus en tu complejo sistema. Escanea profundamente en los recovecos de tu ser espiritual, identificando y eliminando estos "virus" invisibles. Este antivirus espiritual trabaja meticulosamente, atravesando las capas de tu campo energético, detectando y eliminando estas influencias negativas, como un programa informático que elimina el malware.

A medida que avance la purificación, sentirás que el sistema de tu ser vuelve a su estado óptimo. El desorden emocional se aclara, la niebla mental se disipa y tu energía espiritual recupera su fluidez y fuerza. Es un proceso de rejuvenecimiento que devuelve a tu mundo interior su estado original de armonía y eficacia.

A través de esta metáfora de los virus informáticos, vemos lo vital que es la purificación para mantener la salud de nuestro yo espiritual. No se trata sólo de eliminar lo que es dañino; se trata de mejorar nuestra funcionalidad espiritual general, asegurando que operamos a nuestro máximo potencial, libres de las cargas invisibles que pueden obstaculizar nuestro viaje.